6 de febrero de 2013

Alex Espinosa, fotógrafo de América Latina.


Alex Espinosa nació en México en 1973 y empezó a desempeñarse como fotógrafo a partir de los años 2000. Desde entonces, no paró nunca de viajar por América Latina, desde el Norte hasta el Sur, para hacer el retrato de un continente de fuertes contrastes, donde la modernidad la más desatada se junta con tradiciones ancestrales, y donde la diversidad a veces da pie situaciones de extrema pobreza.

Es en esta diversidad en lo cual el fotógrafo elige poner el énfasis en la mayoría de sus clichés. Alex Espinosa es un artista que intenta, ante todo, dar una imagen y reflejar a los que se gozan de poco reconocimiento y de escasa consideración. Su serie sobre las comunidades afros o sobre las mujeres negras en Uruguay –o aquella sobre niños sufriendo de desnutrición y de condiciones de pobreza extremas en Brasil– muestran una destacada voluntad de captar la mirada de los que no están acostumbrados a llamar la atención de los demás, dentro de sociedades que, conscientemente o no, los descartan y, por lo tanto, los acallan. Sus fotografías parecen así tener como meta redimir una culpa y dar la palabra a las minorías olvidadas de América Latina. Estos jóvenes mexicanos que padecen sordera, estas mujeres negras en Uruguay que luchan en contra de discriminaciones, esos niños brasileños que juegan y sonríen para olvidarse del hambre –todos encuentran en la fotografía un lugar para existir. Con esto, al intentar dar una visibilidad a cada uno, Alex Espinosa logra crear lo que se podría llamar un espacio artístico democrático.


Alex Espinosa ©, Reportaje, Mujeres afro-uruguayas, Uruguay.


Alex Espinosa ©, Retrato, Matriz da Luz, Sao Lourenco da Mata, Pernambuco, Brasil.

En este espacio, en el fulgor de una mirada, se nos revela lo que había quedado oculto hasta ahora. La tarea del artista no es, sin embargo, sólo una tarea de descubrimiento, sino también una búsqueda de la fijación del instante. “Una fotografía es un fragmento de vida que no volverá”, decía Martine Franck. Mediante la fotografía, Alex Espinosa anhela también inmortalizar lo que, por esencia, es perecedero, eso es las manifestaciones de vida del ser humano. Cuando un afro-uruguayo se dedica al Candombe[1] en el barrio Palermo, cuando durante el carnaval de Montevideo se baila al ritmo de los tambores, cuando las religiones africanas vuelven a nacer en las playas de la costa Atlántica, cuando un mexicano quiere pasar la frontera y que otro implora al Cristo, cuando, por fin, manos se aprietan en La Habana, en la esquina de una calle, en el umbral de una puerta, en un boliche: cada vez, la fotografía viene a reproducir el soplo del instante. Y no hay que dejarse engañar, se trata sólo de un instante dado que, tras el ruido del objetivo y más allá de los bordes del cliché, sólo habrá silencio, una vez más. La fotografía de Alex Espinosa se mueve en esta ambivalencia: entre lo efímero del presente y el deseo de preservarlo.


Alex Espinosa ©, Reportaje, religiones y cultura afro-uruguayas, Uruguay.


Alex Espinosa ©, Reportaje, escena de Candombe, Montevideo, Uruguay.

Si tuviéramos que escoger una palabra para definir la obra fotográfica de Alex Espinosa podría ser la de ambivalencia. Lo más importante es la complejidad de la realidad latino-americana, más que su aparente coherencia. Las escenas mexicanas que nos muestran a la vez la ciudad de Puebla embellecida por el sincretismo religioso y la violencia difusa de la ciudad de Tijuana nos recuerdan que el artista no quiere dar cuenta de una realidad unívoca. Sus fotografías invitan, al contrario, a considerar lo múltiple, la equivocidad y lo ambiguo. La América Latina que se nos presenta es un continente plural, donde el tango porteño hace eco con los paisajes de la meseta mexicana y donde las caras agotadas por la pobreza responden a los niños risueños, a los vaqueros y a los viajeros. 


Alex Espinosa ©, Retrato, Banda de músicos, Mexico, Barrio de la Ensenada.


Alex Espinosa ©, Reportaje, Natal, Rio Grande do Norte, Brasil.

En todas estas situaciones, el ser humano está en el meollo del proyecto artístico. Más allá de las fracturas sociales, se desprende de los clichés del artista un ansia por colocar al hombre en el centro de su obra. A la vez studium y punctum –para retomar la terminología acuñada de Roland Barthes[2]– el hombre se mueve en las fotografías como en un espacio que acaba por llenar y atribuirse plenamente. Los hombres y las mujeres bailando, tocando un instrumento, enfrascados en su fervor religioso o recibiendo una enseñanza, muestran ante todo la necesidad de representar al ser humano cuando queda trascendido por una actividad que le devuelva su dignidad. Es quizás en esto en lo cual estriba la belleza de las fotografías de Alex Espinosa: en ese acto de sublimación que no hace otra cosa sino devolver al hombre a sí mismo. 

El sitio web de Alex Espinosa: alexespinosa.com
El blog de Alex Espinosa: alexespinosa.blogspot.com

[1] El Candombe es un ritmo musical nacido en Uruguay dentro de la comunidad afro y tomando sus raíces de las tradiciones africanas bantús. El Candombe fue declarado Patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2009. 
[2] En su obra La Chambre claire : Note sur la photographie, publicado en 1980, Roland Barthes distingue dos elementos que pueden ser incentivos para sacar una foto : el studium es el gusto o el interés por algo o alguien, mientras que el punctum es más un detalle que llama la atención o sorprende.

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